

Para nadie es extraño, molesto o vergonzoso el llorar, sentir tristeza y dolor por el ser mas querido, el familiar o el amigo que ha partido de esta vida. Se nos hace un nudo en la garganta y no encontramos las palabras adecuadas para consolar a quienes pasan por esta amarga experiencia. Este es un momento por el cual tarde o temprano todos hemos de pasar.
Mientras tanto. ¿Qué previsiones estamos haciendo para ese viaje del cual no hay retorno? ¿Qué cuentas le entregaremos al Creador? Pues: “Esta establecido para los hombres que mueran solo una vez, y después de esto el juicio”. Hebreos 9:27
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