El precio del cielo
Te voy a contar la historia de un amigo mío. Resulta que un verano se fue de viaje a Francia y tenía planeado pasar el mejor verano de su vida en la costa francesa y comprar muchos regalos, además, había estado semanas preparándolo todo: la ropa, el vuelo de avión, la póliza de seguros, en fin, todo lo que se suele preparar cuando sales fuera de tu país. Por fin llegó el día deseado y comenzó su viaje. Y apenas bajó del avión, entró en una tienda de recuerdos para comprar lo que era típico de allí, pero se encontró con un problema ¡no había cambiado la moneda, y sólo querían francos franceses, no admitían pesos mexicanos!
El tenía dinero, que en su país valía, pero en ese otro país no servía para nada, de modo que se quedó sin sus recuerdos, y tuvo que reconocer que en el fondo, no se había preparado lo suficiente para su viaje.
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